Los perros sienten celos por mascotas de peluche




Experiencia. El estudio se realizó en San Diego, California

La Razón (Edición Impresa) / EFE / Washington
01:39 / 28 de julio de 2014
El mejor amigo del hombre experimenta un sentimiento muy humano, los celos, según un nuevo estudio con 36 perros, que muestra un cambio dramático en su comportamiento cuando sus dueños profesan afecto a un canino de peluche.

El estudio, publicado el miércoles en la revista científica Plos One y dirigido por la psicóloga de la Universidad de California en San Diego, EEUU, Christine Harris, indica que los perros exhiben indiferencia cuando sus dueños los ignoran o leen en alto un libro con ilustraciones en relieve.

Distintas fueron las cosas al ver cómo sus propietarios acariciaban a un perrito de peluche, capaz de ladrar y mover el rabo, ante lo que los canes del estudio reaccionaron con gruñidos, ladridos e intentos de separar a sus dueños del percibido rival.

“Existe la sensación generalizada de que los celos son exclusivos de los humanos, en parte por la compleja capacidad cognitiva que involucra la emoción”, señala Harris y la coautora del estudio, Caroline Prouvost, también de la Universidad de San Diego, en la revista de difusión científica Plos One.

Pero el estudio muestra que no es así: “Descubrimos que los perros tuvieron comportamientos significativamente más celosos (...) cuando sus dueños mostraron afecto hacia lo que parecía otro perro en comparación con la atención a objetos no sociales”, destacaron las autoras.

Harris y Prouvost subrayaron que los resultados de la investigación respaldan la teoría de que existe una forma “primigenia” de celos que se observa también en los bebés y niños de corta edad.

El estudio contó con canes de 14 razas, incluidos chihuahuas, Yorshire terriers, perros de Pomerania, salchicha y razas cruzadas de perros mestizos. Harris solo involucró a perros pequeños ante el temor de que reaccionasen de forma agresiva y hubiese que someterlos.

La psicóloga decidió efectuar el estudio al observar el comportamiento de los tres Collies de la frontera de sus padres y ver cómo, incluso cuando acariciaba a dos al mismo tiempo, esos dos mostraban un comportamiento agresivo entre ellos, pese a que estaban junto a sus amos.

Además del libro y el perro de peluche, la investigación introdujo un tercer objeto, un cubo con una cara pintada, al que los propietarios de perros hablaron y trataron como a un animal y que también despertó celos, aunque no tantos como el objeto de peluche.

Las autoras del estudio recuerdan que los celos son el tercer causante de homicidios no accidentales, de ahí la importancia de entender cómo funcionan para intentar controlar los aspectos menos saludables del sentimiento.