Cómo Bañar a un Gato… ¡Sin Morir en el Intento!









Cómo bañar a un gato

Vamos a ver cómo bañar a un gato de forma fácil y segura. Te recomendamos que bañes a tu gato en el fregadero, ya que la altura y tamaño de la pila son apropiados y harán el baño más fácil. Esto es lo que debes hacer:



Llena la pila unos cuantos centímetros de agua tibia. Ten al gato ya contigo, así se irá acostumbrando a oír el ruido del grifo.


Habla a tu gato con un tono tranquilo, transmitiendo calma.


Elegir el momento adecuado para el baño es esencial para que salga bien: hazlo cuando tu gato esté tranquilo. Si quieres, puedes planificarlo y jugar un rato con él para que se canse un poco; así no se pondrá tan nervioso a la hora del baño.


Antes de mojarlo, asegúrate de peinarlo bien para eliminar nudos y pelos muertos.
Coloca una bolita de algodón en cada oído para evitar que entre agua. ¡Tampoco lo metas demasiado!


 Sólo se trata de tapar  sus oídos.


No llenes el baño con más de 10 cm de agua, y procura que no esté demasiado caliente.


Cuando ya esté todo preparado, es hora de mojar al gato. 


Hazlo poco a poco, preferentemente con una duchita de mano.


Cuando tu gato esté completamente mojado, es el momento del champú. Usa uno especial para gatos, aplícalo haciendo masajes, siempre a favor del pelo.


¡Ten cuidado de no mojar su cara y sus orejas!


Cuando hayas terminado, asegúrate de aclarar completamente el champú. ¡Si quedan restos podría irritarse su piel!


Como decíamos, no enfoques la ducha a su cara. Si quieres limpiarla, mejor usa un paño limpio mojado en agua tibia. Si tiene la cara muy sucia, puedes diluir un poco de champú y limpiarla con esa agua jabonosa, siempre con cuidado de que no entre en sus ojos.


¡Por cierto! Si quieres cortar o limar sus uñas, lo mejor es hacerlo antes del baño, cuando el gato todavía está seco. 

Aprovecha el rato de peinado.


Después de bañar a tu gato, llega el momento del secado… ¡y este paso es igual de importante!


Envuelve a tu gato en una toalla y deja que se vaya secando en un lugar cálido, por ejemplo, cerca de un radiador. ¡Evita las corrientes de aire! Por lo general, los ruidos les suelen dar miedo a los animales, pero si tu gato es un valiente, puedes probar a secarlo con secador.



Si quieres que tu gato se porte bien en los momentos del baño y lo asocie con algo bueno, en cuanto termines el secado, será el momento ideal para darle una gran recompensa. ¡Las mascotas adoran las golosinas! Dale un premio y verás que poco a poco va percibiendo la experiencia del baño de manera más positiva.