Si tienes una mascota, sabes que cuidar su alimentación es fundamental. Es importante elegir aquella que mejor se adapta a sus necesidades, además de evitar los alimentos que no le hacen bien. Los gatos, por ejemplo, no pueden comer de todo. Lo primero que tenemos que tener en cuenta, según nos confirman los expertos de Royal Canin, es que la fisiología de los gatos los hace particularmente sensibles a ciertos productos y compuestos químicos: su organismo no siempre puede eliminarlos adecuadamente, y esto puede derivar en enfermedades, algunas de mucha gravedad. Saber qué alimentos y sustancias tóxicas es preciso mantener fuera del alcance del gato te ayudará a protegerlos mejor frente a enfermedades o algún tipo de trastorno.
“No se trata de una lista exhaustiva, aunque ante la duda, mantén lejos del gato cualquier elemento sospechoso y no le des de comer nada aparte de su dieta habitual a menos que lo hayas consultado antes con el veterinario”, nos detallan.
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Ojo con el chocolate
Así, has de tener en cuenta que algunos de los alimentos que probablemente tengas en tu casa también son tóxicos para los gatos. Los síntomas si los consumen pueden ir desde malestares hasta daños graves en los órganos. Y uno de ellos, con los que tienes que tener especial precaución, es el chocolate.
Como ocurre con los perros, el chocolate es tóxico para los gatos porque contiene teobromina. Cuanto más oscuro es el chocolate, más teobromina contiene. Según la cantidad y el tipo de chocolate que ingiera, tu gato puede presentar ritmo cardíaco irregular, temblores, convulsiones...
Cebolla, ajo y uvas
Muy presentes en nuestras cocinas, tanto la cebolla como el ajo son perjudiciales para tu gato, ya que pueden favorecer la destrucción de los glóbulos rojos y provocar anemia. Y no solo eso, sino que también pueden dar lugar a molestias gastrointestinales y provocar diarrea. A esta lista, has de sumar también las uvas y las uvas pasas, que también son tóxicas. Con el tiempo, pueden llegar a causarle insuficiencia renal. Las primeras señales de advertencia en tu gato son los vómitos reiterados y la hiperactividad, ante las que tienes que estar muy alerta.
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Huevos crudos
Aunque las proteínas son una parte fundamental de la dieta de tu gato, ciertos tipos de proteínas pueden ser perjudiciales para su salud. Los huevos crudos representan un riesgo de intoxicación para tu gato. Además, pueden interferir con la capacidad de absorción de la biotina de la vitamina B a causa de la avidina, una proteína presente en la clara de huevo. Ten en cuenta también que si tu gato come hígado en grandes cantidades, puede sufrir una intoxicación por vitamina A que podría afectar a los huesos y provocar osteoporosis. En este caso, hay que evitar los excesos.
Evita darle restos
Además, tienes que tratar de evitar darle restos de la mesa a tu gato: esto fomenta el comportamiento de demanda de alimento (que pida alimento), lo que puede favorecer el aumento de peso de tu mascota, así como alterar su sistema digestivo. Ten también en cuenta que los alimentos con mucha grasa o fritos pueden resultar demasiado ricos para tu gato y provocarle diarrea. Y, por supuesto, tu gato no debe consumir alcohol ni cafeína, ya que los efectos de estas sustancias en los gatos son más graves que en los humanos debido a su pequeño tamaño y puede causarles daños severos. Y, aunque es común ver la imagen de un gato bebiendo leche de un plato, la intolerancia a la lactosa de tu gato aumenta después del destete. Por lo tanto, la ingesta de leche puede provocar malestar y problemas digestivos.