La displasia de cadera es una patología de la articulación coxofemoral (cadera) que se caracteriza por un mal desarrollo de la misma, y que puede ser más común en algunas razas de perro. "La articulación está formada por la cabeza femoral (de morfología esférica) que se adapta a la cavidad acetabular (de morfología cóncava) lo que permite un encaje y movimiento correcto de la articulación", explica el veterinario Carlos Macías, del Centro Veterinario de Referencia Bahía de Málaga y miembro de Anicura.
"En el caso de la displasia de cadera, al principio (de cachorros) hay una laxitud excesiva que deriva en una mala articulación de los componentes, resultando en la remodelación de la cabeza femoral y del acetábulo adquiriendo una morfología más aplanada que limita la funcionalidad de la articulación", indica el veterinario, que está especializado en traumatología y ortopedia animal. Con el tiempo esto deriva en un desgaste prematuro irreversible de la articulación (osteoartritis).
Explicado de otra manera, la displasia de cadera es un defecto en la articulación de la cadera de estos animales que impide que encaje de manera adecuada con la cabeza del fémur. Esto acaba produciendo dolor, limitación de los movimientos y cojera, reduciendo la calidad de vida de tu perro.
¿Es genética?
Sí. La displasia de cadera es una enfermedad genética hereditaria. "El mecanismo exacto de transmisión y el número total de genes implicados no se conoce pero sabemos que la laxitud excesiva de la articulación es el factor determinante", indica el experto en salud animal. Numerosos factores como la velocidad de crecimiento y la actividad física excesiva pueden empeorar o hacer más evidente el cuadro clínico.
¿Cuáles son los síntomas de la displasia de cadera?
"La cojera de la extremidad posterior es el síntoma más claro cuando la enfermedad es severa. Correr con las patas juntas (como un conejo), dificultad para hacer ejercicio o saltar y dolor y quejidos espontáneos también son frecuentes", apunta.
Con el tiempo, si no se hace nada, tendremos una pérdida de la movilidad, dolor, cojera más acentuada en frio o tras un sobreesfuerzo.
"En ocasiones y debido al dolor se produce un cambio en el comportamiento del perro, volviendose más agresivo hacia otros perros e incluso la personas", advierte Carlos Macías.
¿Hay factores que agravan la patología?
Sí. A pesar de ser una enfermedad genética, la gravedad de la enfermedad es mayor si los perros hacen más ejercicio de lo habitual sobre todo durante las fases de desarrollo y si tienen sobrepeso. lo ideal es que un cachorro tenga una actividad física moderada y una alimentación equilibrada evitando el sobrepeso para disminuir el riesgo de desarrollar la enfermedad de forma severa.
¿Qué podemos hacer para evitar la displasia de caderas?
La única forma de prevenirla es haciendo una buena selección en el momento de la cría. Si los progenitores no tienen signos de displasia la probabilidad de desarrollarla disminuye sensiblemente.
Si se realiza un diagnóstico precoz (normalmente por radiografía) antes de que los cambios morfológicos sean irreversibles podemos modular, en parte, la gravedad de la enfermedad.
"En casos con sintomatología significativa tenemos la posibilidad de tratarlos de forma muy correcta, desde usar medicación y suplementos de soporte hasta el reemplazo con una prótesis de cadera llegado el caso", afirma el veterinario.
¿Es una enfermedad de razas grandes?
Aunque afecta a todas, es en las razas grandes donde la enfermedad es más problemática. El labrador, golden retriever, mastin y pastor alemán son, posiblemente, las razas donde más incidencia presenta. Dentro de las razas pequeñas el bulldog francés esta probablemente más representado.
Pastor alemán
Una de las razas con mayor propensión a sufrir displasia de cadera es el pastor alemán. De hecho, es frecuente ver a estos ejemplares andando con la cadera más gacha. Es una de las enfermedades más comunes en estos perros y que debe ser valorado por un veterinario desde que son cachorros.
Gran danés
La displasia de cadera es una de las enfermedades hereditarias más comunes en los perros de esta raza que, debido a su gran tamaño, también tienen otros problemas congénitos, como de corazón.
Boyero de Berna
Esta es otra de las razas de perro caracterizadas por su gran tamaño y otra de las más propensas a sufrir displasia de cadera. Cuando esto ocurre, este animal sufre dolor al moverse y empieza a cojear. Esta raza también es propensa a sufrir displasia de codo.
Mastín de los Pirineos
Una de las iniciativas de este año del gobierno aragonés es estudiar la manera de prevenir y tratar mejor la displasia del mastín del pirineo, una de las razas más comunes en Huesca y una de las más afectadas por esta enfermedad. De hecho, según señalan los expertos, un motivo del carácter pasivo que presentan estos animales en su edad adulta podría deberse al dolor que ocasionan sus problemas de cadera, y no a una característica de la raza.
Golden retriever
La mayoría de los golden retriever son perros que gozan de muy buena salud. Sin embargo, hay que saber que la displasia de cadera es una de las enfermedades hereditarias de esta raza, por lo que hay que tenerlo en cuenta cuando se tenga un ejemplar.
Labrador
Como el golden, el labrador también es otra de las razas grandes que pueden nacer con una mayor propensión a sufrir problemas de cadera, así como de codos. Antes de tener un perro labrador, asegúrate de que los padres son sanos, puesto que se reduce el riesgo de sufrir displasia.
Bulldog francés
Hasta ahora hemos hablado de los ejemplares de razas grandes como los que están más predispuestos a sufrir problemas de cadera. Y así es. Sin embargo, algunos más pequeños también la pueden padecer. Es el caso de los bulldog, en especial, el bulldog francés. Además de su genética, la falta de ejercicio, la obesidad o la edad pueden estar detrás de esta afección en esta raza.